Partimos desde
Sevilla sobre las 9.15 de la mañana, íbamos ilusionados y felices por poder
animar a nuestro equipo tan lejos de la ciudad. Llegamos a Guimarães sobre las
16.15 hora española, descargamos las cosas en la habitación del hotel, y nos
dispusimos a ir hacia la zona donde se encontraba la mayoría de béticos. Nos
dirigimos andando hasta que llegamos a un supermercado y unos cuantos se detuvieron
para comprar algunos productos, el resto continuamos hacia adelante puesto que
uno de nosotros iba en muletas e iba mas lento. Cuando el primer grupo estaba
cruzando un paso de cebra nos empezaron a insultar, “hijos de p…”; “me cago en
vuestros mu…” y otras lindezas en la lengua de Mourinho. Luego, cuando llegamos
a los alrededores del estadio nos dimos cuenta de que nuestros amigos no
llegaban, y les llamamos. Nuestra sorpresa fue que la policía les había
escoltado hasta donde estaban el resto de béticos, puesto que al salir del
supermercado se juntaron alrededor de 20 ultras del Vitoria y se pusieron a
chocarse con ellos, buscando respuesta y poder agredirles. El primer grupo de
nosotros estuvimos dando vueltas intentando buscar el sitio de los demás béticos,
hasta que un guardia de seguridad del estadio nos dijo que no nos paseáramos por
allí por que la cosa se estaba poniendo muy fea y era peligroso, por lo que
decidimos coger un taxi y acudir a la zona donde estaba el resto de hermanos béticos.
Allí todo era
seguro puesto que estábamos escoltados por la policía. 2 horas antes del encuentro
nos llevaron hacia el estadio, nos hicieron un registro exhaustivo e incluso
nos quitaron los bocadillos a todos, decían que era normativa UEFA (o puede ser
que los seguratas estuvieran enmayaos…). Una vez en el campo todo se desarrollo
con normalidad. Cuando acabó el partido estuvimos media hora más retenidos en
el campo. Una vez fuera del estadio nos llevaron hacia la zona de los autobuses
béticos que se marcharon hacia Sevilla poco rato después. Los aficionados que
pasábamos la noche allí, unos 200, fuimos desplazados hacia una improvisada
parada de taxis, ya que la policía nos recomendó volver en taxi a nuestro
hotel.
La gran sorpresa
fue cuando llegamos al hotel y nos encontramos nuestra furgoneta totalmente
destrozada: las lunas rotas, las 4 ruedas pinchadas… gracias a Dios que pasaba
por allí la policía y se detuvo. La policía estuvo allí hasta alrededor de las
3 de la mañana, hasta que llegó la grúa porque decían que si se marchaban
volverían para quemarla. Nos metimos dentro del hotel incrédulos por lo que
había pasado y sin comprender porqué a un grupo de amigos que exclusivamente
venían a animar a su equipo les tenia que pasar eso.
Los vecinos nos
contaron que vieron a un grupo grande de personas, todos encapuchados con palos
y piedras y que venían a por nosotros, pero como no llegábamos optaron por
destrozar la furgoneta. También nos contaron que los vecinos se pusieron a
gritarles que por favor pararan, y hasta que varios vecinos no salieron a la
calle con cuchillos no se marcharon. Lo que el jueves
vivimos allí los béticos que pasábamos la noche fue una autentica cacería,
además éramos presas fáciles puesto que se trataba en su mayoría de grupos de
amigos o familias que únicamente iban a animar a su equipo.
Lo vivido dentro
del estadio, quedará para el recuerdo de este grupo de béticos. El gol de Chuli
al más puro estilo “CurroBetis” nos hizo enloquecer de felicidad, esa anestésica
felicidad que sólo el Glorioso es capaz de proporcionar. ¡TE QUIERO BETIS!
José Mª Blas Tamparillas
Buenas a todos, soy el primo de Nacho. Esta noche, en el partido (y de ahora en adelante) "agradescámosles" a los inútiles de Gol Sur por lo que tuvo que sufrir la gente que fué a Guimaraes....por desgracia ni Bosch ni "Pelazos" Guillén tendrá huevos de poner pié en pared con esa mancha de subnormales profundos
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